El primer acercamiento

Las personas suelen acercarse por muchos motivos a otras culturas. Unas lo hacen para avanzar en un trabajo, otras lo hacen por amor a un mundo diferente, y algunos por simple curiosidad.

No importa cuál sea el motivo, el primer obstáculo para acercarse a ese nuevo mundo es el lenguaje. Sobre todo cuando tiene símbolos demasiado diferentes a los que uno usa día a día.

Como sabrán, el lenguaje japonés consta de varios símbolos llamados kanjis. El kanji es la representación de una o varias ideas, y cada una de esas ideas puede tener diferentes pronunciaciones.

Viéndolo de una forma, es como si cada vez que escribieras tuvieras que hacer un dibujo para indicar la idea que estás intentando expresar. Y si eso no es lo suficientemente difícil recuerda que los trazos del dibujo tienen un orden. Suena complicado, y mucha gente termina generando una aversión contra ellos, a tal grado que la sola mención es suficiente para frustrarse.

Sin embargo, más que algo para ser temido, el kanji tiene un lado único que no se encuentra en muchos idiomas. La primera vez que estudié kanji aprendí que los nombres de los japoneses tienen significados diferentes a pesar de pronunciarse igual.

Imaginemos la siguiente situación: Tu nombre es José, y te encuentras con otro José en la calle, pero tu nombre significa “columna de vela” mientras que el de la otra persona significa “paso a la oportunidad”. ¿Cómo es posible que en dos sílabas haya tanto significado? Fácil, como dije antes, los kanjis pueden tener varias pronunciaciones, y eso les da a los padres japoneses la oportunidad de elegir un nombre con un sonido que les agrade, como por ejemplo: YAMADA (やまだ) y además darle un significado aún más grande de acuerdo a los kanjis usados. De esa forma podemos tomar la palabra montaña (YAMA) y campo de arroz (DA) para formar el nombre deseado.

Pero recuerden que el japonés no solo se escribe con símbolos diferentes sino que además se usa una orientación diferente, así que, si escribimos de arriba hacia abajo como es tradición, los símbolos toman un significado mayor. Como dos dibujos mezclados. El campo de arroz debajo de la montaña: 山 田

Se lo que estarán pensando, “Yamada es un apellido no un nombre”, y tienen razón, pero para mí, esta forma de dejar a la vista la raíz de las palabras es tan interesante que quede enganchado, y espero que a ustedes les parezca igual.

Ahora díganme, ¿si pudieran elegir un nuevo nombre, que significado le pondrían? ¿O se irían por algo fonético, aunque el significado no fuera tan profundo?

Autor: Profesor Josué David López


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